20081026

03. El despertador

Por cierto, el despertador del que antes hablabamos es el más feo del mundo. Es rectangular de plástico imitando madera de roble con unos números rojos en la parte frontal, gigantescos, que parecen salirse del mismo de despertador, OH! parece una linterna. Todas las noches tenemos que girarlo hacia la pared por que parece un faro. Además no tiene un sonido establecido ni ordenado sencillamente se activa la radio, y te puede despertar cualquier todo de voz, femenino o masculino, o alguien fañoso agripado, o una canción, en fin es de lo más variado en despertadores. Y al ser un regalo que le hizo no sé quien por no sé que motivo Mons ya no quiso deshacerse de el, pero un día desapareció y nadie sabe como sucedió.

Cuando empezó toda esta historia, quería que ese fuera el despertador protagonista. No llegaba a recordar dónde estaba ese dichoso despertador. Lo buscó por toda la casa. Le pregunto a todo los conocidos. No, no quería aparecer y por eso intentó comprar uno igual en la tienda de antigüedades, se acuerdan, mis padres les decía:
«la tienda de los indios, si hombre, los del puerto » Pero tal antigüedad ya no se conseguía.

Cuando terminó su búsqueda sin éxito le regalé uno metálico plano y sin luz. Parecía un lápiz, mantenía el equilibrio sólo una maravilla de los tiempos que vivimos. Dos horas después mi madre aparece en casa.

―Lo encontré ― gritó con el aparato en la mano.
―!Ah, que bien! se pondrá bastante contenta, gracias.- respondí, pero en realidad quería casi gritar, «Esconde eso, Madre »

Por fin apareció el despertador del cual Mons no se dejaba despertar.

―¿Sabes dónde lo encontré?, en el muro de la derecha, donde tienen que estar todos los trastos y las cosas viejas. Pero no le digas que estaba allí, tú dile que lo tenía guardado, como un "tesoro" ― me colocó aquella cosa en la mano, me dio un beso y un portazo.