20081026

01. La noche

Era curioso, Mons todas las noches desde la puerta del dormitorio y con las manos preparadas para dar una palmada, que dejará la casa a oscuras, mira el rincón de invierno. Localiza con la mirada la mesa, sobre ella debe estar; su bolígrafo, el bloc de notas y los prismáticos. Detrás está el sofá y sobre este el cojín. Por último debe estar la ventana con la opción de tintado transparente. Y cuando ella considera que todo esta preparado, escucho desde la cama una palmada, así empieza a perderse poco a poco, los tonos de las paredes, las formas del suelo, casi ni veo su silueta al entrar en la habitación. Todo se oscurece.

Antes de arroparla pone en hora el despertador y mientras me mira, comenta; que no puede fallarle, que se fía mucho de él. Yo sólo puedo sonreír, si no estoy roncando antes de las palmadas. Después ya viene la parte íntima de esta historia la cual surge en la cama como, casi todas las noches. No quiero que se confundan, lo que tenemos es una conversación filosófica; de la vida pasada, de la futura, de nuestra hija Lau, del mundo, de las soledades momentáneas y de cómo lo aprendido hasta ahora nos lleva a conclusiones que a edades más cortas no entendíamos. En fin, hablamos y divagamos de muchas cosas. Y después sí, nos dedicamos al sexo.

Hay noches en que el sueño es continuo pero hay otras que sobre las 4:00 de la madrugada me despierta un grito como este, ¡ya tengo la solución!, ríe y al segundo ya está roncando. Dios, esta mujer me va a matar.